martes, 31 de agosto de 2010

Windows 95: 15 años después

Tenía yo 16 años, pero lo recuerdo como si fuese ayer: La gente corría como estampida animal, entrado a las tiendas para llevarse su flamante nueva copia de Microsoft Windows 95 (conocido en su desarrollo como Windows Chicago). No es tanto el tiempo que ha pasado, pero en términos de tecnología de información, ha sido una eternidad, con una larga y apasionante historia.

La computación, gracias al salto a los 32 bits, el aumento de la velocidad de los procesadores y el abaratamiento de las memorias RAM, así como aumento en la capacidad de los discos, se permitió soñar con una interfaz gráfica sólida pero a la vez sencilla y que no se llevara todos los ahorros de media vida para obtenerla. Si bien es cierto que Microsoft fue el motor que movió la informática a través del MS-DOS en los ochentas y comienzos de los noventas, también lo es que los ambientes gráficos (GUI, por sus siglas en inglés) eran cuestión de tiempo. Apple lo tenía desde mucho tiempo atrás, pero sus costos no lo hacían precisamente un producto de consumo masivo.



Windows, en sus etapas de niño y adolescente, pasó de ser un producto semi profesional, a uno de uso diario. Siempre se le criticó la inestabilidad. El gran boom fue con la versión 3.1, en la cual era posible realizar prácticamente lo mismo que hacemos hoy en día, en cuanto a los usos básicos (por supuesto, no había web aun). Era usable, bastante amigable, pero volátil. Mucho más estable era la línea profesional de Windows NT, pero menos compatible con el hardware existente y de mayor demanda de recursos. Nunca, bajo la denominación de NT, Windows fue más popular por esa línea, aun siendo sensiblemente superior.

Fue entonces, cuando la madurez del hardware, exigió un software de calidad y de mayor potencia. Recién acababa de aparecer la web y era necesario adecuarse a las nuevas condiciones. Sea quien fuera, la industria necesitaba un estándar, un líder. Windows 95, por condiciones y por circunstancias, estuvo allí en el momento indicado.

Yo tuve suerte, en el año 94, de probar las versiones Beta 2 y Final Beta Release. Hubo un cambio grande entre las dos. Por aquellos días, en mis años liceístas, estaba por exponer sobre Windows Chicago, en el 3º seminario de informática, de la Escuela Técnica Comercial “Dr. Jesús Muñoz Tébar”, sitio donde estudiaba. Basado en las pruebas realizadas con la Beta 2, me sentí con el derecho de hablar muy mal acerca del producto y de sus requerimientos de hardware. Es una lección que aprendí temprano, el no juzgar un sistema operativo basado en una versión no definitiva, ya que la Final Beta Release la probé en un equipo de inferior potencia y su funcionamiento fue sensiblemente superior.

Lo cierto es que muchas de las cosas desarrolladas en Windows 95, permanecen presentes en las versiones actuales, incluido Seven. El botón de inicio abajo a mano izquierda, el orden de los botones de maximizar, minimizar y cerrar es idéntico. También permanecen los atajos de teclado existentes desde mucho antes de Windows 95, cosa que se agradece.

Como nota curiosa, Microsoft pagó 3 Millones de dólares a los Rollings stones, por la adaptación de uno de sus temas, que terminó llamándose "start me up", en referencia al novedoso botón de inicio de Windows.



Windows 95 no llegó pare resolver los problemas de estabilidad (los pantallazos azules siguieron a la orden del día), pero si nos ayudó a conseguir el deseado estándar para unificar esfuerzos tecnológicos (de hardware y software), que permitieran que la industria de la informática fuese la enorme bestia que es hoy en día. Al mismo tiempo, esta versión catapultó a Bill Gates como el hombre más rico del mundo en su momento. Sin lugar a dudas, fue un período importante en la historia de la computación, de esos que no hay que olvidar, porque esta industria ha demostrado ser cíclica y las circunstancias se repiten. Solo que cada vez más se trata de evolución y no de revolución, hasta que alguien tiene una nueva y jamás explorada idea, cosa que, lamentablemente, cada día se ve con menos frecuencia.

viernes, 27 de agosto de 2010

Mi primera vez en la barra Roja

Amante del balompié desde niño, es extraño que nunca me haya tomado la molestia de observar partidos de fútbol desde la propia cancha. Mi primera y única experiencia, se remonta a mis 9 años, cuando en Venezuela se disputaban unos torneos denominados "Mundialitos de Fútbol", los cuales eran televisados por el desaparecido canal RCTV, con narración de Lázaro Candal. Pude ver entonces, la final por el tercer puesto, donde Venezuela se adjudicó esa posición. De esos torneos, por cierto, salió el jugador venezolano Juan Carlos Socorro, quien estuvo muchos años en la nómina del equipo de Las Palmas, en España.

Desde hace algún tiempo, años, diría mejor, mis amigos con los con que juego fútbol semanalmente, se han vuelto literalmente adictos a ir a los juegos del Caracas Fútbol Club. Muchos de ellos compran los abonos, incluso VIP en tribuna principal, mientras que otros, desde las gradas, hacen fuerza junto con la Barra Roja, que ha venido en lento pero continuo crecimiento. Hoy en día, es una de las más numerosas del país y probablemente, la más ruidosa.

Con mucha vergüenza , confieso que no sigo el fútbol nacional ni si quiera por televisión. Cosa que si hago detenidamente con el Calcio italiano. Y es que no solo ha sido descuido mío, sino que los equipos con los cuales simpatizaba, han ido sistemáticamente desapareciendo, o cambiando de nombre: Minervén se fusionó con Mineros de Guayana; Deportivo Italia cambió su nombre hace años por Italchacao y recientemente Deportivo Petare. Entonces localmente, no tengo la menor idea de que equipo apoyar. Debería hacerlo a todo lo que represente fútbol nacional, supongo. Pero la opción lógica, siendo caraqueño, es el Caracas Fútbol Club. Había entonces que hacer la prueba. Y tendiendo a estos compañeros balonpédicos caracas-adictos, la invitación era permanente.

Con mucha curiosidad asistí entonces, por vez primera, a un encuentro del fútbol nacional. 30 Bs la entrada a gradas, me parece un precio justo, pudiendo ser un poco más bajo, no es tampoco limitativo para quien sea de pocos recursos económicos. 500 Bs cuesta el abono por toda la temporada. Tribuna principal, está si unos cuantos Bs más arriba, pero ofrecen toda la cerveza que humanamente se pueda beber. En todo caso, para mi la bebida no resulta de ningún interés, por lo que el gasto extra no lo veo justificado.

Continuando con mi aventura, adquiero mi entrada en taquilla (Caracas vs. Carabobo), sin ninguna complicación, mientras que mis compañeros buscaban la manera de pasar la bebida sin que sea detectada en la entrada por el personal de seguridad (cosa que lograron). El partido comenzaba a las 7:00 PM , pero el espectáculo comenzó antes, entre cantos, fuegos artificiales, aerosoles utilizados como lanzallamas, y un millón de papelitos volando. Lamentablemente no llevé una cámara que capturara ni la imagen ni el sonido adecuado a la ocasión. Capturado con mi teléfono, no se consigue reproducir la sensanción original.



Por un momento sentí que me iban a arrojar a la pista olímpica, dado que no había nadie en esa grada que no estuviera cantando (o bebiendo), excepto yo. Pero yo no iba a cantar, yo iba a ver un partido de fútbol. Cuando sonó el himno nacional, fue el único momento en que hubo silencio, hasta el momento en que la frase "Seguid el ejemplo que Caracas dio", de la letra de la canción patria, llegó. En ese instante, todos lo cantaron, haciendo alución al equipo, claro está.

Una mención especial hago a la pésima calidad del audio. Por lo que pude notar, el sonido está colocado de manera que se pueda escuchar bien en tribuna principal, mientras que las gradas apenas pueden escuchar el eco distorcionado del audio interno. No entendí dos palabras juntas. Por otro lado, la pizarra se veía muy bien en cuanto a calidad de imagen, pero no puedo entender como es posible que una pantalla de semejante funcionalidad, que puede transmitir videos del equipo mientras el juego está por comenzar, sea operada por incapaces, que no pueden colocar los minutos de juego que van durante el partido, limitándose al marcador y nada más. Para eso es mejor no colocar nada y ahorrar energía.

Entonces, entre el rugido de la barra roja y la inexistencia de sonido, el juego comenzó y apenas me percaté. La ubicación donde me encontraba no era la mejor para disfrutar del juego (como se observa en la imagen), cosa que me tenía molesto, debido a que había cualquier cantidad de espacio disponible en donde pudiera disfrutar de un mejor ángulo de visión. Pero no me moví, ya que no había ido solo y quería averiguar qué era lo que los tenía adictos a la barra. Eso si, la próxima vez que vaya pienso colocarme en una mejor ubicación, así implique disfrutar el partido en soledad.

En cuanto al juego, le tomó casi 20 minutos tocar la pelota al Carabobo; el domino del balón por parte del Caracas era abrumador, aunque eso no se veía reflejado en el marcador. Tres ocasiones claras tuvieron los rojos de marcar en el primer tiempo, pero fue en el segundo que lograron inaugurar el marcador, tras una jugada a balón parado y un certero cabezazo de Jaime Bustamante en el minuto 67. Pude verlo, pero a una legua de distancia, ya que esto ocurrió en el pórtico contrario.

Mientras todo esto ocurría, la gente no dejaba de cantar y de ingerir licor. No sé como será en otros países, pero yo personalmente lamento mucho que sea necesaria la presencia de las bebidas alcohólicas para asegurar la presencia de la gente, convirtiendo al licor en un motivo, en vez de una consecuencia. Supongo que es daño colateral. Igual pasa con el Beisbol. No, rectifico, en ese caso es peor.

A estas alturas, ya me habían catalogado de poste, ya que no me movía ni emitía palabra alguna. Yo quería ver el juego, no estar pegando brincos. Lo curioso es que la primera parte se hizo eterna, pero el segundo tiempo pasó volando. Esa es la impresión que tuvimos muchos, incluyéndome.

Con el solitario gol concluyó el partido y Caracas trepado a la punta del torneo apertura del fútbol nacional.

No hubo desorden, ni peleas, ni problemas en toda la estadía, a pesar de salir del estadio ya bastante entrada la noche. En cuanto al espectáculo, era muy cercano a lo que me imaginaba. La próxima vez que asista, me colocaré en una posición ideal, donde tenga el campo en mejor perspectiva y pueda a su vez observar la locura que se vive en la curva, pero a la distancia.

Vegetalísimo

Para la mayoría de los seres humanos, comer, no solo es una necesidad. Comer, es desde siempre un deleite, un placer. Ingerir alimentos sanos es uno de los factores más determinantes para tener una vida sana y de larga duración. Lamentablemente existe más placer en la comida chatarra, no solo por costo, sino por su sabor, aunque ambas cosas son discutibles.

Desde hace tiempo he coqueteado con la idea de ser vegetariano. Tengo entendido, que los seres humanos antes del diluvio universal, se alimentaban de esa manera. Es solo cuestión de combinar correctamente los alimentos, cuidando no ingerir muchos carbohidratos y balancearlos con proteínas. La naturaleza provee todo lo necesario. Sé que no estaría preparado para lograrlo, pues no me siento en condiciones de rechazar un buen pollo en brasas, o unos filetes de merluza a la plancha.

Pero el hecho de ser carnívoro, no impide disfrutar de un exquisito plato de comida hecha puramente con vegetales. Y precisamente, existe un lugar en Caracas, concretamente en Parque Carabobo, que se dedica a servir esta comida.

Por solo 30 Bs, nos entregan un menú que incluye: Bebida (jugo natural), todo cuanto se pueda tomar, pan de calabacín, Sopa de algún tipo de grano (le agregan ajonjolí para quien así lo quiera), un plato fuerte, que incluye algo como pastel de plátano, o berenjenas, por ejemplo y luego en este punto, uno es libre de colocar todo vegetal que quepa en el plato. También hay postre, que podría ser un poco de frutas picadas, o bien un pudín de vainilla, chocolate o
con sabor a cualquier otra fruta. Y si queda algo de estómago, una infusión o té, endulzado con papelón. Un menú más que completo por la cantidad de dinero pagada. Si a eso le sumamos la excelente atención, podemos decir que es un placer poder disfrutar de estar en ese lugar.

De más está decir que el lugar, sin ningún lujo, es absolutamente pulcro, mientras que la comida se ve que es preparada con la mayor higiene posible. Siempre ha sido así, desde hace muchos años que conocí este lugar.

Para l
legar allí, la mejor manera es desplazarse a través del Metro de Caracas y salir en la estación de Parque Carabobo, la cual tiene dos salidas, la plaza (que no es la que debemos tomar), o bien la que está justo en frente del Pasaje donde se encuentra el restaurant. No hay forma de perderse, es solo cruzar la calle.



Comer en un sitio así, no solo es más económico que la mayoría de lugares populares de comida rápida. También es mucho más sano, ¿y por que
no? más exquisito al paladar. Es cuestión de saber diversificar.

Lo único que puedo criticar, es que vi en uno de estos días, unas berenjenas que parecían tener un empanizado. Me tomé la libertad de preguntar como las hicieron, y me dijeron que lo habían hecho con huevo. No entiendo como pueden usarlo allí. En todo caso, yo no soy vegetariano y la verdad es que estaban deliciosas.


Personalmente se lo recomiendo sin reservas a cualquiera que tenga buen gusto por la comida sana, para que de una vuelta por allí. Realmente vale la pena.

sábado, 21 de agosto de 2010

viernes, 20 de agosto de 2010

Déjame soñar




Luego de todo lo malo acontecido, como el ave Fénix deseo renacer. He llorado mis muertos y he penado mis tristezas. He buscado respuestas que no he conseguido, para luego dejar de buscar. Lo pasado, ha pasado. No existe máquina para enderezar el entuerto, no existe forma alguna para devolver el tiempo.

La luz del sol sigue allí, la tierra sigue su danza infinita. Inamovible es el ciclo de la vida, indiferente a mis sentires y mis pesares, dándome una lección, demostrando que continua la existencia.

Con dudas y con miedos, deseo alzar el vuelo. Una vez más, confiar en mis instintos, hacerme fuerte ante las adversidades y sacar el mayor provecho a las oportunidades. No temo caer, porque ya he caído. No temo perder, porque nada tengo que pueda perder.

Ahora necesito confiar en mi, recuperar mi valor, recuperar mi alegría. Me hago sabio cuando actúo con maestría; me hago humano cuando arriesgo sin garantías. Pero insisto, no tengo nada que perder.

Por eso te pido que me dejes soñar, no me cortes las alas sin siquiera alzar el vuelo. No te pido que me acompañes en este viaje, lo harías solo si quisieras y sería feliz por tu compañía. Pero no te opongas a mi camino porque desde este comienzo, mi destino esta escrito: seré quien resulte ser.

Lo creas o no, lo veas o no, tomados de la mano nos haremos más fuertes, todo será alegría si así lo quieres. Pero puedes dar la vuelta cuando quieras, nada te obliga a seguir adelante. Te extrañaré, pero no me detendré. Y si me necesitas, seguro, allí estaré.

Me reservo el derecho de anhelar, de soñar, de aspirar y asumo las consecuencias de ello. Dejaré de hacer estas cosas una vez que me halle muerto. Pero por ahora, más que antes, más que nunca, quiero vivir.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Agotamiento

Mantener un intenso ritmo de vida, no es sencillo. A veces, ni si quiera es saludable. el problema está en cargar con este indetenible movimiento cuando no es un asunto de elección.

Hay personas que durante décadas, han tenido que levantarse de madrugada, tomar diferentes métodos de transporte, aguantar tráfico, delincuencia, contaminación atmosférica y sónica, solo para poder llevar a sus casas un sustento decente. No es fácil. Es dejarse media vida en una rutina agotadora.

Aquí no hay moralejas ni finales felices. Simplemente, vaya mi respeto a esos hombre y mujeres que día a día sacrifican parte de su vida con el sueño de tener una vida mejor, para los suyos y para si mismos.


sábado, 7 de agosto de 2010

Frases de la Yuca # 3


"Un abrazo, en los mejores casos, dice de un alma a otra, lo que las palabras no son capaces de expresar"

El sueño de un Angel




Hijo mío, mientras duermes puedo notar lo especial que eres. Es un privilegio compartir estos instantes contigo, aunque no estés conciente de ello. Te miro y sé que no hay nada que no puedas lograr, solo necesitas pasión por lo que haces, y hacer las cosas con amor. No te conviertas en un ser que va en pos del dinero y de lo material, no te dejes engañar por esa trampa. Muchos lo han hecho y lo han lamentado luego, ya cuando es tarde.

Sentirte útil lo lograrás si puedes ayudar a los demás, así ves el fruto de tu trabajo. No se trata de la paga. La satisfacción no es algo tangible.

Al crecer, tendrás sueños y deseos. No esperes tenerlos todos de inmediato. La paciencia es una virtud, es un don que no es para todos.

Yo sueño con que seas un hombre feliz, inmensamente feliz. No puedo desearte nada mejor que eso.

Veo tus ojos cerrados y no puedo imaginar que sueñas. No se si estoy allí contigo, pero aquí, afuera, estoy vigilando tu existencia. Estaré en este lugar, siempre que me necesites.


martes, 3 de agosto de 2010

Solo para "I Rossoneri"


Caminando por La Candelaria, en Caracas, tuve la grata sorpresa de conseguir esta Barbería, con este peculiar nombre. ¡Sencillamente Magnífico!

Aquellos que llevamos en el corazón los colores Rojo y Negro, entendemos lo que significa encontrar un lugar así.

¡Forza Mílan!

Tecnología peligrosa: Escribir SMS al volante


Es más peligroso conducir bajo la influencia de los mensajes de texto que del alcohol. Aunque eso no quiere decir que es más seguro beber, es evidente los peligros de conducir y tratar de manipular un teléfono móvil, al mismo tiempo.

Y me confieso culpable de hacerlo también. A todas luces, es un acto de irresponsabilidad, y las leyes que existen para penar tal actitud, deben ser aplicadas correctamente. Es un asunto muy serio; posiblemente de vida o muerte. Vidas, por cierto, que ponemos en riesgo: la de los peatones y pasajeros de otros vehículos.

Entonces, si deseamos evitar algo más que un mensaje de texto mal escrito, ya sabemos lo que hay que hacer. O mejor dicho, no hacer.

domingo, 1 de agosto de 2010

No fue hace tanto tiempo...



A veces cuesta creer que el tiempo ha pasado. Ver la fecha de estos comerciales, realmente es sorprendente. Es como remontarse a unos días atrás. ¡Perdón! debí escribir décadas...