
Desde no hace mucho tiempo, con la salida al mercado del iPad, comenzó la invención y venta masiva de productos muy similares, basados en el sistema operativo de google, Android, que dispone de miles de aplicaciones. La guerra de las tablas, está en pleno apogeo. Lo increíble, comentario aparte, es la poca visión de Microsoft al respecto, que quedó completamente fuera del juego al no tener nada que ofrecer, ni siquiera un Windows modificado.

A parte de lo mencionado, su pantalla es Táctil y la interfaz humana está por allí, con un teclado virtual, aunque es ciertamente posible conectar uno convencional vía USB. Eso si, olviden el Mouse.
Entonces: ¿Tabla o no Tabla? He allí el dilema. Pero no es tan difícil decidir, pues solo hay que tener claras las necesidades individuales. Alguien que navega, lee su correo, ve videos y escucha música, las verá como una bendición. Pero aquellos que tienen aplicaciones específicas, primero deberán averiguar si esa solución existe o tiene un equivalente, pues es posible que no sea trasladable dadas las limitantes físicas. Por ejemplo, un diseñador gráfico, no podría explotar su potencial en una tabla. Y una persona que trabaja con el quemado de discos nunca podría hacer su labor. Hay aplicaciones que leen y editan documentos de Office (lo más transcendental, a todas luces). Habrá quien las adopte y se acostumbre, y también el que las rechace.
Muchos dicen que las tablas son la evolución de los laptops y yo estoy rotundamente en contra de esa idea. Para mí son dos tipos de dispositivos diferentes, capaces de hacer cosas similares. Cada una, pienso yo, hará su nicho en el mercado, pero de ninguna manera las tablas serán un reemplazo de los laptops, no estas tablas, no de esta manera.
Lo que sí es seguro es que su llegada ha dejado ver que la forma tradicional de trabajar en la era de la información, puede cambiar y de hecho cambiará, aún más, ante nuestros propios ojos.
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