lunes, 25 de julio de 2011

Lo que le dejo La Copa América a La Vinotinto

Campeón sin atenuantes, Uruguay se consagra por décima quinta vez como campeón de la Conmebol. Su juego, de menos a más, no ha dejado lugar a dudas que es el seleccionado más efectivo y completo de los doce que se presentaron al torneo. Han ratificado lo hecho en el mundial.


Para Venezuela, para La Vinotinto, esta Copa ha sido muy especial. Primero que nada, ha sido su mejor presentación sin lugar a dudas. Sin embargo, queda una sensación agridulce al ver como se ha tenido la gran posibilidad de llegar a la final, independientemente de lo que haya podido ocurrir allí y lamentablemente no se dio. El fútbol es así. Haber perdido ante Perú (Otro equipo al que nadie le regaló nada y tiene su justo premio), no desacredita lo logrado.



Y precisamente, hablando de las maneras y formas futbolísticas, hay dos cosas que quisiera resaltar. Primero que nada, la gente se volcó a favor de su selección, como nunca antes. Esto es algo positivo per sé, pero cuidado: Demasiado optimismo puede derrumbar las altas expectativas que se han generado en torno a la selección, y lo visto en esta Copa América demuestra que no hay equipo pequeño ni malo, por lo que no cosechar éxitos, independientemente de que se esté trabajando bien, es siempre una posibilidad. Si el público que, poco acostumbrado a seguir fielmente a su equipo nacional, observa una cadena de resultados poco alentadores, es muy probable que vuelva a su estado de apatía natural.

Por otro lado, he escuchado muchas veces, demasiadas diría yo, “El equipo tal no mereció ganar”, o, “Es injusto que nuestro equipo haya perdido”. Son comentarios propios de aquellos que no han aceptado la esencia misma del fútbol. El fútbol no es justo, el fútbol no se basa en merecimientos, sino en goles. De otra forma, debemos establecer un grupo de jueces imparciales en cada juego que decidan cual equipo jugó mejor o más bonito y nos olvidamos de los que anotaron los goles. Es imposible olvidar aquel gol de Claudio Caniggia en el mundial de Italia 90, ante Brasil, ya terminando el encuentro, que fue dominado enteramente por el equipo de brasileño. “Los goles no se merecen, los goles se marcan”, decía Maradona; y tiene razón.

También hubo demasiadas quejas con respecto al arbitraje. Es obvio que el perdedor siempre estará inconforme con pasajes claves de los encuentros. Eso será así mientras el fútbol sea fútbol. Lo único que yo critico y que de ninguna manera aceptaré, son cosas como las que hizo el árbitro Carlos Vera de Ecuador, como lo fue señalar un saque de banda para un equipo, dejar que el otro saque y hacerse el desentendido. Si después Chile anotó en esa jugada, es anecdótico, pero es lo que detona la ira de todos. Mi pregunta es: ¿Dónde está la autoridad del juez? Una cosa es un error de apreciación y otra cosa es la falta de autoridad. Eso no debe ocurrir jamás.



Lo segundo y quizá más importante, es que de aquel 3 a 3 en la Copa América del año 93, ante Estados Unidos, a lo que se ha hecho en la actualidad, el progreso es incuestionable. Hay una agradable sensación en el ambiente, que permite pensar que si se puede pelear por un cupo al mundial de 2014 (y más sabiendo que hay un cupo adicional, cuando Brasil no jugará eliminatorias). Esta actuación nos hace mirar con optimismo las posibilidades existentes, sin ser soñadores. Si Venezuela llegó a donde llegó en esta Copa América, si la hubiera ganado, o si hubiera quedado eliminado en primera ronda, no es nada comparado con la posibilidad de llegar a donde todas las naciones quieren llegar: La Copa del Mundo. Ese es el destino final.

lunes, 4 de julio de 2011

Copa América: Así van las cosas

Vimos a La Argentina sufrir con el equipo, en teoría, más modesto. Luego, entre las sorpresas, la Vinotinto consiguió un empate sin goles ante la Pentacampeona y repotenciada Brasil. No deja de llamarme a atención la forma como la prensa, sobre todo de estas potencias futbolísticas, hacen sentir su malestar por lo que ha ocurrido.

Primero que nada, yo aplaudo el partido realizado por Bolivia, que entre críticas y descréditos, pudo perfectamente ganar el partido, lo tuvieron en sus manos, cuando no fueron capaces de cerrarlo con un mano a mano ante el portero Argentino. Fueron ellos y no los anfitriones, los que tuvieron la opción más clara. Para mi, no les regalaron nada. Si bien Argentina vuelve a jugar este partido 10 veces y los gana, en este, mucho más por mérito Boliviano, que por propias falencias, el resultado fue un empate.

Por otro lado, la selección Venezolana, con muchas fallas, pero con entrega total y el mejor espíritu de sacrificio, evitó que su portería fuese penetrada (con fortuna por el travesaño de Pato). Y cuando menciono fallas, no sé cuantas veces dije "despeja, ¡despeja!", cuando tenían la pelota en su área y entre 3 Brasileños querían salir tocando y terminaban perdiendo el balón. ¡Despierten! eso no lo hacen ni los brasileños, en el área, los de atrás no están obligados a salir tocando. Pero a pesar de esto, con algunas falencias Canarinhas, pero con kilos de sobra de mérito propio, lograron ese extraordinario punto que los coloca con buenas perspectivas de cara a los próximos encuentros.

Ahora bien, resulta que la palabra "Decepcionante", está en boca de los Argentinos y Brasileños. ¿y es que el fútbol es propiedad única y sin atenuantes de ellos?, ¿no tienen los equipos más modestos el derecho y el deber de ser mejores? En Conmebol, para clasificarse a un mundial, hay que batirse con 3 campeones del mundo, 9 Campeonatos mundiales. En estos lados del planeta, el que quiere figurar con un balón en los pies, tiene que batirse a lo grande. ¿Puede Concacaf, por ejemplo, decir lo mismo? Con todo respeto, No. Si un suramericano clasifica a un mundial, es seguro que tiene buen nivel para llegar por lo menos a octavos de final de un mundial, porque el nivel de la confederación así lo obliga. Lo que quiero decir es, que los pequeños aquí, también se hacen grandes.

Así que, hermanos Brasileños y Argentinos, nadie duda de la calidad infinita de sus "fuera de clase". Pero mérito a quien mérito tiene y sepan que, la humildad los haría mucho más grandes.