El título de este post, pertenece a Gennaro Gattuso, futbolista campeón de Europa a nivel de clubes (Con el A.C. Mílan, desde luego) y campeón del mundo con Italia. Hombre terco y perseverante, es odiado y amado, jamás ignorado. Este post, salvo la cita que hace el futbolista en cuestión, y la foto, nada tiene que ver con él.
Adaptarse a las circunstancias, es una cosa, sentirse a gusto con ellas, otra muy distinta. Arturo Uslar Pietri dijo “no se es de un tiempo y un lugar en vano”. La formación familiar, la cultura propia de un lugar y las circunstancias, refinan el carácter de nuestra personalidad. Lo que somos cada uno como individuos, es la suma de cada una de las vivencias por las cuales hemos tenido que transitar. Pero no somos hechos de plastilina, ni somos arcilla fresca para moldear.
Existe gente virtuosa en muchos campos, gente con dones increíbles; existen personalidades inolvidables y seres con un carisma tal que de ninguna manera pasan inadvertidos. Cierto también es, que para los menos favorecidos, hasta hacer cosas que para otros son sencillas, se convierte en una tortura. A esas personas, les ha tocado ser más insistentes y constantes, como la hormiga: Trabajo duro.
En todo caso, el núcleo de la persona que somos en el interior, parece no deformarse del todo ante las circunstancias. Se mantiene allí esperando una oportunidad para salir al exterior, vez tras vez. Buena, mala, interesante, aburrida, como sea. Esa es la personalidad. Somos lo que somos. Una vez más, “quien nace cuadrado, no muere redondo”.
No sé, ni tengo la menor idea de lo que hace nuestra individualidad. ¿Cuestión de ADN? Probablemente. Si alguien tiene una mejor teoría, que levante la mano.
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