Recuerdo la primera vez que los vi, tendría unos 12 años. De ahí hasta el día de hoy, no he podido librarme de ellos. Y la verdad es que tampoco quiero.
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Los Simpsons no son otra cosa que una sátira sobre la sociedad, principalmente de la norteamericana, pero el concepto aplica perfectamente bien en la gran mayoría. Son una familia común, con relevantes características. Fue Bart la estrella al comienzo, pero la estupidez de Homero Jay, sin duda es lo que más vida le ha dado a la serie. Y no he encontrado a alguien que coincida conmigo, al pensar que es una serie que porta valores, sobre todo cuando hay problemas familiares, ellos siempre están unidos. Muestran los defectos de cada uno, tal como son.
Están curtidos de humor amarillo. La mayoría de los capítulos muestran más de una historia de manera simultánea, lo que ha sido característico, así como también el tener invitados de todo tipo, artistas, políticos, deportistas, etc.
Desde ese primer capítulo por mi visto, de la niñera ladrona, al día de hoy, han evolucionado considerablemente. Y cómo no, han perdido mucha chispa, pero siguen siendo ellos. Todavía creo le quedan unos cuantos años más de vida, porque estoy seguro que como yo, hay millones de personas simpsonizadas. Sabemos que estamos quemando buena cantidad de neuronas viéndolos, pero, igual se iban a fundir ¿verdad?
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