La presentación de la película Avatar en los cines, puede considerarse como un antes y un después en la posibilidad de ver producciones en 3D (y por supuesto HD). Aquellos que tuvimos la oportunidad de usar aquellos patéticos lentes de cartón con visores azul y rojo, notamos inmediatamente la evolución de esta tecnología.
Pero inmediatamente luego, aterrizó un batallón completo de televisores en 3D, usando la misma tecnología que de las salas de Cine. Incluso, algunos fabricantes han anunciado televisores 3D sin la utilización de lentes, pero no es la tecnología en boga, por el momento.
No es la primera vez que la imagen 3D lanza una ofensiva para tratar de volverse un producto de consumo masivo. En el lapso de una década, se han visto cuando menos 2 o 3 tímidos intentos, sobre todo con los lentes de realidad virtual y con los Videojuegos, pero no han calado en el público, sino en un minúsculo grupo de entusiastas.
Pareciera que en esta oportunidad el asunto es más serio. Todos los grades fabricantes están ofreciendo cualquier cantidad de modelos, grandes, pequeños, económicos o excesivamente costosos. La respuesta lógicamente, debería ser que sí.
Sin embargo, los televisores 3D no distan mucho de los televisores que no lo son. El truco está en la frecuencia de refresco (las veces que parpadea la imagen, invisible a nuestros ojos por su velocidad). Cuando menos 120 veces por segundo debe ocurrir esto. Los televisores LCD actuales, e incluso muchas pantallas de computador, pueden cumplir con esa norma, lo que les permite ser llamados televisores o pantallas 3D, sin que hayan sido diseñados para tal fin. Los lentes, con un visor opaco, permiten engañar al cerebro para que no note el parpadeo en uno de los ojos y así se presenta una imagen distinta a la del otro ojo, por decirlo de esa manera. Es la misma técnica del visor rojo y azul, pero definitivamente mejor planificada.
Todo esto suena muy bonito, pero el problema del asunto es el contenido. Si se compra un televisor 3D, para ver clásicos del cine, solo se está botando el dinero. Los canales de televisión actuales no incluyen programación 3D y será así por bastante tiempo. Puede que aparezcan canales con contenido exclusivo en 3D, pero por el momento, se está pagando solo por la novedad. Pasa lo mismo con la programación HD, ya que muchas personas se ilusionan con una imagen perfecta en un distribuidor local y cuando lo instalan en sus hogares, se dan cuenta que la imagen de su canal favorito, es un asco.
Mi cálculo es de una década. Si la TV en 3D se va a convertir en el modelo a seguir, no creo que pasen menos de 10 años para que la programación con profundidad sea el común y no la excepción. Por supuesto, será emocionante poder observar un juego de fútbol (a propósito del mundial en curso), con la sensación profundidad del campo. Esa es la esperanza que mantiene viva la idea de la televisión en 3D. Será apoteósico.
De momento, si me preguntan a mí, compraría una buena televisión Bravia de Sony, o tal vez un Viera de Panasonic, pero no lo haría por la posibilidad de ver videos en 3D, sino por la maravillosa nitidez de la Alta Definición.
Es solo un nuevo comienzo. Todos observaremos lo que ocurrirá.
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